Independientemente de si hablamos de B2B o de B2C, lo que estamos haciendo es hablar de marketing. Al fin y al cabo lo que hacemos es poner de manifiesto un conjunto de estrategias, enfocadas de una manera o de otra, que nos permite llegar a determinados consumidores.
Sin embargo, partiendo de este punto común, es cierto que ambas filosofías tienen los suficientes aspectos diferenciadores como para ponerlos sobre la mesa.
El B2C o «Business to Customer»
Cuando hablamos de B2C estamos haciendo referencia a lo que se denomina como consumo masivo o directo. Y es que, de lo que se trata con este enfoque, es de destacar por encima de todo cuáles son las bondades del producto o del servicio que queremos vender.
- Por encima de todo se trata de crear al consumidor una necesidad para despertar en él el deseo de compra.
- Una vez que hemos logrado esto, se pone mucho énfasis en que este proceso de compra sea sencillo y directo.
- El número de clientes que se tiene siempre es muy elevado en comparación con el volumen de ventas.
- Los clientes a los que queremos llegar se encuentran muy dispersos los unos de los otros lo que hace que se tenga que recurrir a los medios de publicidad tradicionales.
- En consecuencia, siempre se buscan unos resultados lo más inmediatos posible.
El B2B o «Business to Business»
A diferencia del B2C, aquí se hace referencia a lo que se conoce como mercado corporativo. Dicho de otro modo, el cliente es otra empresa por lo que el aspecto más importante no es tanto el cerrar la venta sino el crear alianzas y sinergias que permitan a ambas partes crecer dentro de su sector al mismo tiempo que se fortalece la marca.
- El B2B no se centra en las emociones y sí en las soluciones que aporta el producto en cuestión.
- Lo anterior implica que el proceso de venta se dilate más en el tiempo ya que no hay un deseo de compra como tal sino que se sopesan mucho los pros y los contras.
- Este sistema tiene como consecuencia tener un volumen de clientes más reducido pero con unas ventas mucho más estratégicas y beneficiosas en el medio y largo plazo.
- Los clientes no están dispersos sino que se concentran alrededor de un determinado nicho de mercado.
- La publicidad no es la tradicional sino que es mucho más personalizada.
Sea como fuere, e independientemente de la estrategia que se utilice, se pueden encontrar casos de éxito. En el ámbito del B2C podemos hablar de Bruguer. Y es que, esta empresa especializada en el sector de la pintura desarrolló una aplicación para que el usuario pudiera ver cómo quedaría la pintura en la estancia que quería de manera virtual. Esto hizo que fueran muchos los consumidores los que se decantaran por sus productos.
En el otro sentido, en el B2B, el máximo exponente lo podemos encontrar en IBM. Una empresa que a lo largo de los años, con ayuda de sus soluciones dentro del mundo de la computación ha sabido forjar alianzas que hacen que actualmente siga manteniendo uno de los puestos de privilegio en su nicho.