Las ideas o, mejor dicho, las buenas ideas tienen la posibilidad de cambiar el mundo. ¿Quién no ha tenido nunca una idea pero no ha sabido cómo darle forma o hacerla llegar a quien debería? El Design Thinking, a pesar de que se comenzó a desarrollar en los años 70 en la Universidad de Stanford, ha revolucionado en las últimas fechas la manera de pensar de las empresas, sobre todo las más centradas en la creación de negocio. Lejos de ser una metodología pesada e ineficaz, esta nueva forma de pensar deja en un segundo plano el producto final y le da una importancia capital al desarrollo del diseño.
Para qué sirve
El Design Thinking está compuesto por 5 fases, 5 características que deberán completarse para que el resultado final sea óptimo.
- Empatía: Entender las necesidades o problemas del usuario es el primer paso para encontrar una solución. Además, la interacción que provoca el proceso lo mejora y, por tanto, lo hace más eficaz. La recogida de información previa a través de la observación es una de las partes más importantes del proceso.
- Trabajo en equipo: Dos ojos ven más que cuatro y cuatro manos tienen más fuerza que dos, y si esta ecuación se aplica al mundo de las ideas, se multiplica por mil. La capacidad que tienen dos mentes poderosas de avanzar es prácticamente ilimitada. La necesidad de idear, de crear, de innovar es imperiosa.
- Generación de prototipos: Para que una idea se pueda llevar al apartado de ejecución es necesario que sea válida, si no se valida no puede asumirse como correcta. Las ideas más prometedoras, las que tienen un mayor potencial suelen ser las que menos fallos provocan, pero siempre habrá que realizar ajustes y hay que estar preparados.
- Disfrutar: Trabajar en algo que no te motiva es perder el tiempo, y si para más inri está relacionado con la capacidad de generar ideas… Por eso, para sacar el máximo provecho a la mente y solucionar las exigencias de los usuarios, disfrutar se convierte en algo casi obligado.
- Contenido Audiovisual: En pleno siglo XXI, donde el contenido visual que llame la atención se ha erigido como titular en detrimento de métodos pasados, la necesidad de utilizar este tipo de contenido a la hora de generar ideas y soluciones es total.
Quién lo utiliza
El límite en el Design Thinking lo pone la imaginación de cada uno. Empresas de prestigio internacional como Google o Apple lo han incorporado a su metodología de trabajo. Están consiguiendo importantes resultados partiendo desde el punto de observar al usuario para a partir de ahí comenzar a buscar soluciones a sus problemas.
Tim Brown, profesor de ingeniería de Stanford, Universidad en la que se comenzó a desarrollar este método, habla en una charla TED acerca de él. Si queréis saber más y, sobre todo, aprender del mayor experto, no perdáis la oportunidad.