Uno de los problemas más acuciantes que tienen todas los trabajos es el ruido en la oficina.
Los problemas de ruido dentro de las oficinas pueden llegar a ser enormemente grave si no se pone solución porque los trabajadores y usuarios terminan por desarrollar patologías relacionadas, sobre todo, con el estrés.
No es un problema menor, aunque, en general, termine por aceptarse. De hecho, los trabajadores se acaban acostumbrando a un ritmo de trabajo más bajo y, en general, los problemas de rendimiento pueden llegar a ser muy notorios.
Legislación sobre el ruido
En 2003, se adoptó la Directiva 2003/10/CE del Parlamento Europeo y del Consejo sobre las disposiciones mínimas de seguridad y de salud relativas a la exposición de los trabajadores a los riesgos derivados de los agentes físicos (ruido).
El apartado 1 del artículo 5 de esta Directiva establece que, habida cuenta de los avances técnicos y de la disponibilidad de medidas de control del riesgo en su origen, «los riesgos derivados de la exposición al ruido deberán eliminarse en su origen o reducirse al nivel más bajo posible», aceptando 87 dB(A) el límite máximo de exposición diaria.
¿Qué problemas causa el ruido en los trabajadores?
Según la OMS el ruido de una oficina no debería superar los 65 dB porque una cantidad superior obliga a actuar al servicio de prevención de riesgos laborales. Y esto puede ser perjudicial para la empresa.
Entre las patologías que provoca el ruido en las personas se encuentran las siguientes:
Disminución de la capacidad auditiva
Enfermedades como el tinnitus o el acúfeno causan pérdida auditiva.
El primer síntoma suele ser la incapacidad para escuchar los sonidos de tono alto y, a menos que se corrija, el deterioro irá siempre a más hasta llegar a un punto irreversible.
En negocios que trabajan con ruidos de impacto como, por ejemplo, detonaciones, el riesgo para los trabajadores aumenta enormemente.
Empresas que trabajan con ciertos productos químicos
Algunos disolventes orgánicos, como el tolueno, el estireno y el disulfuro de carbono, por ejemplo, son conductores del sonido que incrementan mucho el ruido ambiental.
Esta situación es clásica en sectores como la industria del plástico, las artes gráficas y la producción de pinturas y lacas.
Ruido en el embarazo
Una exposición prolongada al ruido puede provocar un aumento de la presión sanguínea y del cansancio, lo que puede afectar de modo directo al feto.
Las empresas tienen la obligación de medir la naturaleza, el grado y la duración de la exposición al ruido de las trabajadoras embarazadaspara modificarlo.
Accidentes laborales
En el trabajo es indispensable una comunicación eficaz, ya sea en una fábrica, una obra de construcción, un call center, un coworking, un despacho, una agencia, un edificio público o una escuela.
El ruido siempre se va a producir en un ambiente en el que se reúnan varias personas. Y para que la comunicación entre ellas pueda ser fluida y no moleste al resto debe situarse entre los 65 y 86 dB.
Estrés
El ruido en el lugar de trabajo, incluso si no alcanza un nivel que exija medidas para evitar la pérdida de audición, es un factor estresante.
En el estrés juega un papel importante el tono de las personas, que aumentan el volumen de la voz porque no se entiende, pero además, los sonidos prolongados y constantes de teléfonos, música ambiental, sonidos que emanan de electrodomésticos, etc.
Estas situaciones llevan a los trabajadores a rendir menos y a las empresas a escenarios de baja o de fallos muy reiterados debido a la falta de concentración y tranquilidad.
Por eso en 3dids hemos comprendido la importancia de colaborar con profesionales que se ocupen de realizar un aislamiento acústico adecuado en nuestras oficinas que nos permita conseguir la calma necesaria para desarrollar nuestro trabajo en equipo cada día.